La calle es la fábrica de los más pequeños. Estos no buscan seguir callejeando pero desgraciadamente vislumbran que allí se producirá su entrada en el mundo laboral.
Estas puertas les permitirán la venta de toda clase de chucherías o servicios como lustrar zapatos, preparar comidas o entretener a los transeúntes con versos y canciones en plazas o el anuncio en las paradas en furgonetas de transporte público. No es el caso de Andrea, Alicia y Astrid. Ellas viven en el Puericultorio Pérez Aranibar, centro en el que trabajan las Hermanas de Santa Ana. |